Para UGT resulta muy preocupante la cerrazón ante cualquier argumento en la que algunas organizaciones se han instaladoen los últimos años, incurriendo además en una extrema agresividad verbal hacia quienes no compartimos sus opiniones, algo que revela no ya la existencia de posturas muy divergentes sobre cómo abordar las relaciones laborales en nuestra empresa, sino el enquistamiento de un ofuscado sectarismo que en nada beneficia a los trabajadores/as de Telefónica, que en su inmensa mayoría rechazan este tipo de actitudes.
Un lamentable ejemplo de esta situación es el debate establecido en el C.I. sobre la posibilidad de solicitar a la empresa la prórroga del actual Convenio Colectivo.
Mientras que UGT, por coherencia con el Convenio firmado, y por responsabilidad hacia nuestros compañeros/as, explicábamos porquéentendemos necesario aprovechar la oportunidad de prorrogar el convenio que éste contempla, algunas organizaciones simplemente han manifestado su total oposición sin atender ni contemplar ninguno de los argumentos que a nuestro juicio justifican intentar la prórroga.
Creemos que la impasibilidad de estas organizaciones ante cualquier argumento favorable hacia la prórroga, sin plantear alternativa alguna, supone una negación de la realidad tan irresponsable como peligrosa.
Cierran los ojos ante evidencias en materia económica como la persistencia de la crisis en nuestro país o el hecho de que los ingresos no van a recuperar su nivel anterior, independientemente de que el país salga de aquella, por la existencia de la salvaje guerra de precios que lastra el sector.
Desprecian las señales de posibles cambios legislativos, tanto de una potencial nueva vuelta de tuerca en materia de derechos, demandada por parte de la patronal española y alentada desde Bruselas, como de una nueva reglamentación europea respecto a las telecomunicaciones.
Ignoran los indicios de futuros problemas para el empleo en el sector, derivados tanto por el cambio tecnológico, habida cuenta del paulatino apagón del cobre y la escasa necesidad de mantenimiento que implica la fibra, como por las inminentes fusiones, y/o adquisiciones de las Operadoras en el sector.
Niegan las ventajas que nuestro actual convenio ofrece frente a la situación del resto de empresas en nuestro país, despreciando obtusamente toda información referente a la congelación o disminución de salarios, pérdida de empleo, cierre de instalaciones, traslados forzosos para evitar despidos, ERES temporales, etc. que vienen experimentando miles de trabajadores/as en nuestro entorno, en empresas similares a la nuestra, aún con beneficios, y especialmente en todas las del Sector de Comunicaciones.
Par UGT es incomprensible que éstas organizaciones, aunque no compartieran en su momento la firma del Convenio, aunque nieguen lo que éste ha supuesto en materia de protección ante la reforma laboral y aunque no reconozcan que ha significado crecimiento salarial en plena crisis económica, desprecien la oportunidad de mantener a salvo durante un año más a los trabajadores/as cuyos derechos afirman defender ante las evidencias de los problemas existentes en nuestro entorno y, en cambio, exijan forzar una nueva negociación colectiva.
¿Tan frágil memoria tienen que han olvidado el resultado de la fallida prórroga en el 2010 que UGT defendió en solitario? ¿No quieren recordar que por su falta de compromiso perdimos un convenio que, si bien criticaron hasta la saciedad durante su vigencia, hoy añoran sin rubor? ¿Pretenden ocultar que se opusieron frontalmente a aquella prórroga por lo que tuvimos que negociar un nuevo convenio, afortunadamente cerrado justo antes de la reforma laboral, que supuso por ejemplo, la pérdida de la pagade 375€ que iba a nuestra masa salarial año tras año y que, por cierto, no negociaron, pero cuya pérdida ahora lamentan? ¿Pueden negar que estaríamos todavía hoy en mejores condiciones bajo aquel paraguas, vinculándolo a un ERE voluntario de 5 años para 2.000 compañeros más, si no se hubieran cerrado en banda a aquella prórroga al igual que ahora hacen?.
UGT defenderá ante la Empresa la posibilidad de prórroga desde el convencimiento de que es la mejor opción para los trabajadores/as y que es compartida por la inmensa mayoría de la plantilla. En otro escenario, haremos lo necesario para obtener la mejor negociación posible, pero nunca renunciaremos a agotar las posibilidades que tenemos a nuestro alcance para defender el interés común, el empleo, la no movilidad geográfica o funcional forzosa y nuestras condiciones sociales y económicas.
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