La reciente publicación por el INE del dato definitivo del IPC del año 2014, fijándolo en un negativo -1%. Este dato, unido al incremento salarial pactado en la prórroga del XXIV Convenio Colectivo (1%) proporciona un notable incremento del poder adquisitivo de nuestros salarios en un contexto de recesión salarial generalizada.
La realidad es que en virtud de los acuerdos negociados y pactados por UGT, a pesar de la reticencia de unos y la franca oposición de otros, la plantilla de Telefónica ha podido superar estos años
de profunda crisis económica, de una desbocada transformación del
Sector y de la empresa y de perniciosas reformas laborales y legales,
con una favorable situación salarial tanto en relación a
anteriores convenios como respecto al resto de empresas del país,
configurándose como un innegable logro cuya consolidación y mejora es
además un objetivo esencial de UGT
para la inminente negociación colectiva que deberemos abordar en breve,
ante la negativa de la empresa a prorrogar un año más el convenio.
Por supuesto, habrá quienes en su empeño por justificar su ausencia en éstos acuerdos y en su obstinación de criticar cuanta negociación llevamos a cabo, pretenderán cuestionar esta realidad,
acudiendo como de costumbre a artificiosas comparativas con situaciones
de anteriores convenios que, casualmente, tampoco suscribieron y
criticaron en su momento, y pretenderán pasar por alto además el hecho
de que aún mantienen el último convenio y su prórroga impugnado ante los tribunales, poniendo en peligro un logro, incluido el económico, de toda la plantilla.
A pesar de ello, desde UGT afrontamos el obligado nuevo proceso negociador
con la misma responsabilidad y confianza que nos ha permitido obtener
los acuerdos viables, eficaces y garantistas que han permitido a la
plantilla de Telefónica mantenerse con éxito al margen de unos de los peores escenarios económicos y sociales que hemos vivido en nuestra joven democracia.
Para ello continuaremos trabajando sobre nuestro proyecto de futuro para el conjunto de la plantilla, que dote de plena actividad en la residencia laboral, garantizando el empleo y la no movilidad geográfica forzosa, con un incremento salarial que recoja el esfuerzo realizado en estos años, afrontando el desafío de ordenar el tiempo de trabajo (jornada, turnos, vacaciones, permisos, jornadas reducidas) desde la perspectiva de la conciliación de la vida laboral y familiar, defendiendo la formación como eje del futuro desarrollo profesional, profundizando en la prevención de riesgos laborales, salud laboral y medio ambiente y apostando por ampliación de nuestra previsión social, tanto respecto a los fondos sociales como a la asistencia sanitaria complementaria y seguro de sueldo.
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